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Qué diferencia hay entre un seguro de coche a terceros y uno a todo riesgo

Uno de los requisitos indispensables para poder circular con un vehículo motorizado es que este cuente con un seguro que actúe como garantía en caso de que se vea envuelto en un accidente.

Las pólizas de seguros han evolucionado mucho en los últimos años, ya que las aseguradoras buscan constantemente nuevas fórmulas para dar cobertura a los conductores, ajustándose de la forma más precisa a la hora de calcular el seguro del coche a unas necesidades cambiantes que cada vez son más específicas.

Sin embargo, dentro del mundo de los seguros se pueden distinguir dos categorías principales: los seguros a terceros y los seguros a todo riesgo.

Tipos de seguros más comunes

Seguros a terceros

Los seguros a terceros son el tipo de póliza más contratada. Se trata de un seguro con una cobertura básica que garantiza, como mínimo, la responsabilidad civil, por si el vehículo asegurado fuese el causante de un accidente en el que haya daños materiales y/o personales. No obstante, un seguro a terceros no cubre los daños propios causados en el vehículo o en el asegurado.

Las coberturas se pueden ir mejorando y ampliando, pero cada una de las coberturas adicionales irá incrementando el coste total de la prima del seguro. En definitiva, cuanto más barato, menos protección por parte de la compañía de seguros.

Seguros a todo riesgo

Por su parte, los seguros a todo riesgo ofrecen una protección total al conductor y al vehículo. En el caso de que el asegurado sufra un accidente, ya sea por su culpa o no, la aseguradora cubre todos los gastos, reparaciones e indemnizaciones que correspondan.

Al proporcionar una cobertura total, el precio de la póliza es ostensiblemente más elevado que el de un seguro a terceros.

Cuándo se recomienda contratar un seguro a terceros y cuándo un seguro a todo riesgo

Como siempre, todo dependerá de las necesidades de cada usuario, del tipo de vehículo que quiera asegurar y del uso que se le vaya a dar al mismo.

En los vehículos que son nuevos, se recomienda contratar un seguro a todo riesgo, ya que en caso de sufrir un percance grave la cobertura será mucho mayor y el propietario no se quedará desprotegido, pagando durante años un vehículo del que no podrá disfrutar.

Hay que tener en cuenta la frecuencia con la que se utilizará el vehículo: varias veces al día, una o dos veces al día, un par de veces a la semana, dos veces en un mes, etc. Es posible que hasta no necesites el vehículo en absoluto y solo lo cojas para no permitir que la mecánica se resienta debido a la inactividad. En lo relativo a la frecuencia, cuantas más veces cojas el vehículo, mayor cobertura necesitarás, puesto que estarás aumentando los riesgos de sufrir algún percance.

Algo parecido sucede con el tipo de uso. No es lo mismo usar el coche para ir al supermercado una o dos veces a la semana que para recorrer la geografía española por trabajo o para pasar mucho tiempo en plena marabunta de tráfico de una gran ciudad.

De modo que es a ti a quien corresponde qué tipo de seguro contratar, pero no olvides que cuanta más protección tengas, mejor.

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