Al principio, los pacientes con Covid-19, tanto leve como grave, dicen que no pueden respirar. Ahora, tras recuperarse de la infección, algunos dicen que no pueden pensar. Por eso, es fundamental pedir cita en la consulta de uno de los Psicólogos Valencia para tratar los efectos psicológicos provocados por el Covid.
Incluso personas que nunca estuvieron tan enfermas como para ir a un hospital, y mucho menos para estar en una cama de la UCI con un respirador, dicen sentir algo tan mal definido como «niebla de Covid» o tan aterrador como el hecho de tener los miembros entumecidos. Son incapaces de seguir con su vida, agotados al cruzar la calle, buscando palabras a tientas o abatidos por la depresión o la ansiedad.
Hasta 1 de cada 3 pacientes que se recuperan de Covid-19 podría experimentar secuelas neurológicas o psicológicas de sus infecciones, según explicaron algunos expertos, lo que refleja el creciente consenso de que la enfermedad puede tener un impacto duradero en el cerebro.
No es sólo un problema agudo. Va a ser una enfermedad crónica, afirman algunos expertos, que estudian el delirio durante las estancias en cuidados intensivos. El problema para estas personas afectadas por el covid en muchos casos no termina cuando salen del hospital.
A los médicos les preocupa que los pacientes también puedan sufrir daños duraderos en el corazón, los riñones y el hígado por la inflamación y la coagulación de la sangre que provoca la enfermedad.
Nadie puede decir todavía a los pacientes con complicaciones neurológicas cuándo, o si, mejorarán, ya que los médicos y los científicos se esfuerzan por aprender más sobre este coronavirus cada día que pasa. Sus puntos de referencia son la experiencia adquirida en el tratamiento de otros virus y el delirio tras las estancias en la UCI, los escasos resultados de las autopsias cerebrales y las entrevistas con pacientes que saben que algo no va bien.
Diríamos que quizá entre el 30% y el 50% de las personas con una infección que presenta manifestaciones clínicas van a tener algún tipo de problema de salud mental. Puede tratarse de ansiedad o depresión, pero también de síntomas inespecíficos que incluyen fatiga, anomalías del sueño y de la vigilia, una sensación general de no estar en su mejor momento, de no estar totalmente recuperado en cuanto a las capacidades de rendimiento académico, laboral y potencialmente físico.
Los médicos también están pendientes de un síndrome llamado desmielinización, en el que el revestimiento protector de las células nerviosas es atacado por el sistema inmunitario cuando hay inflamación en el cerebro. Al igual que en la enfermedad autoinmune de la esclerosis múltiple, esto puede causar debilidad, entumecimiento y hormigueo. También puede alterar la forma de pensar de las personas y, en algunos casos, provocar psicosis y alucinaciones.
En Italia, tres pacientes de Covid-19 sin antecedentes de trastornos neurológicos o autoinmunes desarrollaron miastenia grave, una enfermedad que debilita los músculos de brazos y piernas, provoca visión doble y provoca dificultades para hablar y masticar. Aunque estos síntomas podrían ser consecuencia de la infección vírica de las células nerviosas, también es posible que se trate de un mecanismo autoinmune -el organismo ataca a las células sanas-, según el grupo que informó de estos casos.