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Los mejores hornos de leña artesanales

 

 

Hoy en día disponemos de gran cantidad de comodidades a nuestro alcance, que hacen que en nuestra vida cotidiana sea más llevadero desde el aspecto más esencial hasta el más trivial. Está claro que los adelantos tecnológicos nos ahorran horas y horas al realizar ciertas labores o trámites. Sin embargo, hay cosas para las que es mejor tomarse el tiempo necesario. Sobre todo aquellas que requieren de un tiempo y un método adecuados para que los resultados sobresalgan por encima del resto.

 

Uno de los mejores ejemplos que podría describir estos casos es el horno de leña. Por muchos adelantos tecnológicos y muchos ceros que contenga su precio, los asados en un horno moderno no alcanzan el mismo resultado que en un horno de leña tradicional. Y lo mismo podríamos decir de las pizzas, los pescados, las ensaladas o los guisos. El toque que le aporta la leña a los alimentos se puede además variar dependiendo de la modalidad de árbol al que pertenezca. De esta manera, nos encontramos con maderas de encina, roble, sarmiento, olivo o carrasca, entre otras.

 

Hornos de leña Pereruela, avalados por siglos de experiencia

 

Desde tiempos inmemoriales, en la localidad de Pereruela se ha desarrollado una intensa actividad relacionada con la alfarería, hechos que contrastan desde sus vestigios arqueológicos de la época romana hasta su ya documentada obtención de barro de la Edad Media. Gracias a esta dilatada tradición, el municipio zamorano se posiciona en la actualidad como uno de los principales fabricantes de piezas cerámicas de máxima calidad.

 

Al igual que en el caso de otros utensilios como las famosas cazuelas locales, los hornos de Pereruela están fabricados de manera artesanal con materiales de primera calidad y cuidando hasta el extremo cada proceso. Esto sólo puede dar como fruto un artículo que, además de destacar por su estética, presenta un rendimiento, una eficacia y una durabilidad óptimos.

 

Hablando de hornos Pereruela dispone de diversos fabricantes entre los que destaca Alfarería Duero, que pone directamente en contacto al artesano con el usuario realizando envíos de sus ejemplares a todo el territorio nacional e incluso instalándolos ellos mismos si así lo necesitamos. También elaboran cacharros” de arcilla, accesorios conocidos a nivel nacional por su alta resistencia al fuego y sus grandes cualidades culinarias.

 

Tipos de hornos de leña

Uno de los hornos de leña más demandado es el de acabado en ladrillo curvo, material de fabricación macizo que forra las paredes aportando una mayor protección frente a las condiciones exteriores. Por otra parte, como aglutinante se utiliza cemento blanco, lo cual dota al conjunto de unas características de primera categoría tanto en la estética como en lo funcional. Existente también en una modalidad con forma recta, una vez se ha completado su fabricación se limpia a mano exhaustivamente y se le aplica al ladrillo un hidrofugante para evitar cualquier filtración.

 

Otro de los modelos presentes en el mercado son los hornos de leña acabados en piedra natural, concretamente piedra granítica gris que, conocida por su resistencia y su dureza, alcanza también un resultado estético excelente en combinación con el cemento blanco.

 

Por último, nos encontramos los hornos de leña con Corcho Proyectado, material que incrementa la resistencia a la dilatación causada por los cambios de temperatura y que, al mismo tiempo, incrementa la impermeabilización total del producto.

 

Hornos de barro, la otra alternativa

Las fantásticas propiedades del barro, con el cual se consigue conservar el calor durante más tiempo, le convierten en el material ideal para la pared de un horno. Por eso no es extraño que el hombre primitivo ya hiciera uso de técnicas parecidas hace decenas de siglos. Lo que sí sabemos hoy con certeza es que el barro refractario de Pereruela tiene unas propiedades especialmente destacadas gracias a la mezcla de caolín o barro blanco y barro bermejo o rojo. Una vez obtenida la masa, se utiliza la técnica del urdido, consistente en aplicar churros de arcilla de distintos grosores, empleando en todo momento métodos artesanales completamente comprometidos con el ecosistema.

 

Por eso cada horno de barro es un ejemplar en sí único. Y aparte ofrece unas prestaciones diferenciales en cuanto a temperatura punta, a rapidez de calentamiento y a acumulación del calor. Son capaces de calentarse en menos de media hora y de permanecer calientes durante 24 horas, lo cual nos permite cocinar un asado y, una vez terminado, seguir cocinando otros alimentos durante horas.

 

Una vez terminada la fase de elaboración de la estructura, cada ejemplar es marcado con su fecha de fabricación y el alfarero autor de la misma. El posterior proceso de secado se realiza al aire durante más de un mes, lo cual, si bien ralentiza los procesos, contribuye a que el producto final alcance unos estándares de calidad máximos.

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