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Las mejores opciones para estar calientes en casa

 

 

Calefactores, radiadores de aceite o chimeneas eléctricas se han convertido en una excelente solución para estar confortables en casa cuando llega el frío

El frío empieza a llegar poco a poco a España. A pesar de que los primeros días de otoño han sido este 2018 especialmente calurosos, desde mediados de octubre ya podemos afirmar que el calor se ha ido del todo. Y en toda España. La bajada de temperaturas es ya una realidad. A lo que se ha ido sumando una serie de fenómenos meteorológicos como el huracán Leslie o la tan temida gota fría, que afecta principalmente a la zona del Mediterráneo. Por ello y ante el previsible descenso de las temperaturas, lo mejor que podemos ir haciendo es ir adquiriendo los productos para poder estar “calentitos” en casa.

 

Entre estos productos, uno de los más fiables son los Calefactores eléctricos. Estos aparatos, un clásico en casi todos los hogares de España, ganan cada temporada en innovación y se convierten más eficientes. De este modo, los calefactores cada año gastan un poco menos de electricidad, lo que sin ninguna duda redunda en nuestros bolsillos.

 

Los modelos de calefactores eléctricos varían en tamaño, calidad y precio. Por ello, muchas veces escoger un modelo puede convertirse en una tarea complicada y enrevesada que nos puede llevar a comprar el menos adecuado para nuestros intereses. Para evitar una mala compra hay que tener en cuenta una serie de aspectos que nos va ayudar a encontrar la mejor solución para nuestro hogar.

 

Así, uno de los aspectos que debemos tener en cuenta es el que hace referencia a la potencia del aparato. Al respecto, los expertos recomiendan que para una habitación de alrededor de diez metros cuadrados lo aconsejable es contar con calefactor eléctrico que tenga una potencia de 600W. Con esos vatios, los presentes en la estancia podrán disfrutar de una temperatura cálida.

 

Otro factor a tener en cuenta es la comodidad que tienen a la hora de ser llevados de una habitación a otra o de guardarlos. Por ello, debemos valorar si tienen ruedas o si tienen mandos a distancia para poder controlarlos a distancia. Sin ninguna duda, estos dos aspectos nos harán la vida más fácil.

 

Además del calefactor eléctrico también podemos optar por otros dispositivos. Para dar, por ejemplo, con el mejor radiador de aceite tendremos que tener muy en cuenta su tamaño. A diferencia de los calentadores, estos suelen ocupar más espacio, por lo que tendremos que tener muy en cuenta el lugar en el que lo vamos a colocar en casa. Al igual que con los calefactores, y con cualquier otro producto, también tendremos que tener en cuenta el precio del mismo.

 

En este punto, hay que destacar que normalmente los radiadores de aceite tienen un precio más económico que otros sistemas utilizados para calentar la casa. Los precios suelen oscilar entre los 40 y 100 euros. No obstante, se pueden encontrar radiadores de aceite de casi cualquier valor económico.

 

A la hora de adquirir un radiador de aceite también debemos tener en cuenta si se pueden programar o si se apagan solos en función del número de horas que lleva encendido. La seguridad es importante, ya que una mala utilización de los mismos puede dar lugar a algún que otro susto. Además, esta opción de apagado automático también nos ayudará en los casos en los que nos quedemos dormidos mientras el radiador de aceite está en funcionamiento.

 

Un tercer producto que funciona muy bien a la hora de calentar la casa son las chimeneas eléctricas. Esta solución está ganando adeptos en los últimos años debido a su atractivo diseño. Su funcionamiento es muy parecido al de un radiador eléctrico. La diferencia estriba, como hemos comentado, en que el diseño sigue las líneas de una chimenea y está programado para emitir el efecto visual de la misma.

 

Por ello, las chimeneas eléctricas son una excelente solución para aquellas personas que quieren sustituir su tradicional chimenea de leña. Entre las ventajas que tienen las primeras con respecto a las de toda la vida, destaca que la eléctrica no genera humo y, por tanto, no es necesario tener una ventilación extra que garantice la seguridad de quienes están en la habitación.

 

Además, la instalación de la chimenea eléctrica es muy sencilla y se puede colocar prácticamente en cualquier pared de la vivienda, ya que tan sólo requiere unos soportes de pared. Su instalación es muy simple. Otra de las ventajas que tiene es su precio, ya que al no tener que hacer obra en casa el coste se reduce muchísimo con respecto a las chimeneas de toda la vida. El precio de una chimenea eléctrica oscila entre los 90 y los 200 euros.

 

Con todo lo expuesto más arriba ya sabes que existen soluciones para estar calentitos este invierno en casa. Y tienes en mente lo más importante que hay que tener en cuenta a la hora de escoger una solución u otra.

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